Túmbate en una posición cómoda y trata de no moverte durante el método.

Reproduce una canción de tu gusto, que sea lenta o bailable y te recuerde a tu realidad deseada o a una persona de allí.

Visualiza una sala, un pasillo, una habitación, en la que empieza a sonar la canción que estás escuchando.

En la misma sala hay una persona de tu realidad deseada (puede ser alguien de tu familia, un amigo/a, tu pareja de tu RD). Te mira y se acerca a ti.

Imagina que comenzáis a bailar al ritmo de la canción. Intenta visualizar con todos los sentidos: ¿cómo se sienten tus pasos de baile contra el suelo o la brisa al girar? ¿Qué textura tiene la ropa de la persona con la que estás bailando? ¿Te dice algo mientras bailáis? ¿Cómo suena su voz por encima de la música?

Cuando la canción termine (da igual si empieza otra, o si tu reproductor se queda en silencio), imagina que tu pareja de baile te toma de la mano y te dirige a una puerta de la sala.

Esa persona abre la puerta. Lo que hay al otro lado es blanco y muy brillante.

Te pregunta si quieres ir a casa. Si te sientes listx para ir, responde que sí.

Te despides de esa persona y la verás pasar al otro lado de la puerta, desapareciendo entre la luz blanca.

A continuación, sigues sus pasos y entras a ese lugar tan blanco. Deberías empezar a sentir que tu entorno está cambiando y que hay alguna fuente de luz en tu habitación.

Mientras te imaginas en esa sala blanca, puedes decir estas afirmaciones hasta que sientas como tu cuerpo empieza a flotar o como si estuviera suspendido en el aire. Continúa afirmando.

Cuando vuelvas a verlo todo negro y sientas que estás cayendo, no te preocupes: estás llegando a tu realidad deseada.